Patricia Cuevas Flores
El pabellón dos, una Madre y un silencio habitando este pasaje de tierra
la población de las viudas tiene un brillo enterrado
Una moneda a media luz sobresaliendo la infancia
La niña que vendía leche con agua
la que se crio junto a la laucha
todavía le dura aquel año nuevo, el ponche, el abrazo y la primera caída
escalera con amor
nunca hizo cosa peor que darle vino a un loro,
solamente eso y comerse la costura de aquel frio
la escuela dominical y el guascazo
se repiten
porque la vida se repite en el nombre de los hijos
a pata pelá no hay respeto y un canasto lleno de huevos
acaba muchas veces lleno de piedras y llantos
una mano más que mueva la casa, la bienvenida y la prosperidad de la nalca
un padre de pelo blanco y manos de carbón
ocho hermanos, la guitarra que no continua
Aquellas piernas demasiado largas para una época donde todavía se enviaban cartas de amor a los presidentes
La malta con huevo y el corazón lleno de harina tostada
la muerte seis veces en la vagina madre
algo se quedo corriendo en el pasillo de la escuela 11
la costura, el retal y los calzones rotos
creciendo entre domingos de televisión vecinal
el toque de queda era otro juego, igual que la falta de café
con una familia tan larga no queda otra que frotarse las manos y repartir calor para siempre
otro accidente en el pique de shwuacher
la memoria tiene olor a sierra ahumada mezclada con grisú
Santiago, la Tia tetei
el piso recién encerado y las termitas llorando
El tiempo esta predicando con la piel y la roncha
la segunda madre de madera nativa cantaba canciones de los iracundos
mirando el pecado desde la ventana
otro vecino al que le cae un rayo por dejar herramientas en el patio
otro viaje a curanilahue, laraquete, pehuén, lebu
otro viaje, otros ojos ya no volverán porque se fueron en aquella
camioneta llena de cuerpos y vecinos
Padre celestial te ruego por las almas de carabineros y milicos
te agradezco todas estas vitaminas abandonadas en la feria
esta maleta que llego hasta el salón de mi casa
te doy gracias por este apellido que trae que trae Flores
para mi esposo, mi vida y mi cementerio
te doy gracias por este apellido que trajo refugio
para la niña que camino mirando el suelo tanto
que se salió del continente
Biografias de Piel, P.rocu 2013
El pabellón dos, una Madre y un silencio habitando este pasaje de tierra
la población de las viudas tiene un brillo enterrado
Una moneda a media luz sobresaliendo la infancia
La niña que vendía leche con agua
la que se crio junto a la laucha
todavía le dura aquel año nuevo, el ponche, el abrazo y la primera caída
escalera con amor
nunca hizo cosa peor que darle vino a un loro,
solamente eso y comerse la costura de aquel frio
la escuela dominical y el guascazo
se repiten
porque la vida se repite en el nombre de los hijos
a pata pelá no hay respeto y un canasto lleno de huevos
acaba muchas veces lleno de piedras y llantos
una mano más que mueva la casa, la bienvenida y la prosperidad de la nalca
un padre de pelo blanco y manos de carbón
ocho hermanos, la guitarra que no continua
Aquellas piernas demasiado largas para una época donde todavía se enviaban cartas de amor a los presidentes
La malta con huevo y el corazón lleno de harina tostada
la muerte seis veces en la vagina madre
algo se quedo corriendo en el pasillo de la escuela 11
la costura, el retal y los calzones rotos
creciendo entre domingos de televisión vecinal
el toque de queda era otro juego, igual que la falta de café
con una familia tan larga no queda otra que frotarse las manos y repartir calor para siempre
otro accidente en el pique de shwuacher
la memoria tiene olor a sierra ahumada mezclada con grisú
Santiago, la Tia tetei
el piso recién encerado y las termitas llorando
El tiempo esta predicando con la piel y la roncha
la segunda madre de madera nativa cantaba canciones de los iracundos
mirando el pecado desde la ventana
otro vecino al que le cae un rayo por dejar herramientas en el patio
otro viaje a curanilahue, laraquete, pehuén, lebu
otro viaje, otros ojos ya no volverán porque se fueron en aquella
camioneta llena de cuerpos y vecinos
Padre celestial te ruego por las almas de carabineros y milicos
te agradezco todas estas vitaminas abandonadas en la feria
esta maleta que llego hasta el salón de mi casa
te doy gracias por este apellido que trae que trae Flores
para mi esposo, mi vida y mi cementerio
te doy gracias por este apellido que trajo refugio
para la niña que camino mirando el suelo tanto
que se salió del continente
Biografias de Piel, P.rocu 2013
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